Biblioteca CRAI Depósito de Aguas (Barcelona, España)

Durante las Jornadas FESABID 2019 en Barcelona pude sacar algunas horas para visitar alguna biblioteca. En este caso, una de las "míticas" para mí desde su inauguración: la rehabilitación del Depósito de Aguas para convertirlo en el CRAI de la Universidad Pompeu Fabra.

Biblioteca Depósito de Aigües (UPF)


No busques la entrada directamente en el edificio antiguo, se accede desde uno de los edificios del campus, que está conectado con el anterior. Una vuelta entera me costó darme cuenta.
El servicio de bibliotecas de esta universidad es pionero en algunas cosas, como por ejemplo su coordinación junto al servicio de informática con una única dirección que agrupa a ambos servicios.
La tecnología, lógicamente, no falta.
Ofrece los servicios habituales en una biblioteca universitaria, además de un amplio horario.
Hice mi visita el día que empezaban a pedir carné de la UPF para acceder, por ser período de exámenes. Yo no tuve ese impedimento porque era visitante y venía de las Jornadas FESABID.
Tuve la suerte de coincidir con una bibliotecaria del turno de fin de semana que me explicó todas las dudas que me surgieron, muy amablemente, y llegamos a intercambiar opiniones sobre nuestros respectivos puestos de trabajo. Le estoy muy agradecida.
Me invitó a visitar la biblioteca por mi cuenta. A la salida fue cuando me quedé por lo menos una hora con ella hablando.

El edificio antiguo del Depósito de Aguas es como una catedral, imponente. Hasta él se llega atravesando una zona más moderna (la que está en el edificio por el que se entra).
Se atraviesan espacios de trabajo, estanterías, salas para doctorandos, salas de trabajo en grupo, zona de exposiciones, salas de ordenadores...






Ya en la parte antigua, toda ella de pasillos y algún que otro recoveco, vemos tres plantas al público. La tercera, a la que no subo, tiene varios compactus.

En uno de los rincones cerca de la entrada está este homenaje a Pompeu Fabra, con un retrato suyo y distintas obras expuestas.



Metros y metros de estanterías, con obras del siglo XIX, XX y XXI, a libre acceso.
Mesas con luz y enchufes que los estudiantes empezaban a ocupar.









Me llamó la atención no ver expositores de novedades, ni publicidad de actividades diversas organizadas por la biblioteca, ni objetos en préstamo aparte de los portátiles y algunos auriculares. Ni lecturas alternativas a las propiamente académicas, por lo menos a la vista (novelas, cómics...).
Eso sí, los servicios que ofertan a los usuarios sobre formación, audiovisuales, programas informáticos, etc. son de quitarse el sombrero. Algo parecido vi en la Biblioteca de la Universidad de Sheffield, cuando hice mi semana Erasmus allí.

Me dio la sensación de ser una biblioteca muy seria, muy adusta, muy formal.
¿Quizás me equivoque?



Fotos propias


Web oficial de la biblioteca:

¿Conoces esta biblioteca y quieres dar tu opinión sobre el edificio y sus espacios?

Comentarios